Hablando con conciencia
Como cristianos el paso de los años no ha acostumbrado a hablar o cantar muchas frases de manera sistemática. Tenemos una recopilación de palabras, oraciones y párrafos que son parte de nuestro léxico y nuestro andar cotidiano. Cuando hay un nuevo coro para cantar en la iglesia simplemente lo aprendemos y asimilamos.
La Palabra de Dios no habla del poder de lo que decimos, la capacidad que tenemos de confesar y declarar con nuestra boca la fe que vivimos y las cosas que pueden suceder. La Biblia dice que si creemos en nuestro corazón lo que digamos será hecho conforme a nuestras palabras.
Hay muchos coros que hablan de entregarnos a Dios, que Él rompa nuestro corazón, que nos moldee a su imagen, que estamos dispuestos a responder su llamado e ir a donde nos lleve.. Pero, ¿realmente tenemos conciencia de esas cosas? Un credo católico muy conocido (conocido como Credo) dice en una parte: "desearía haber muerto antes que haberte ofendido". ¿Se entiende la intensidad de estas palabras? ¿El significado de la expresión? Más allá de que esta frase este totalmente errada, es necesario comprender que lo que decimos puede afectar nuestro futuro, y de hecho lo hace, porque la Palabra de Dios dice que dela abundancia de corazón habla la boca.
¿Qué hay en tu corazón? Una mera religión rutinaria y aburrida, o una credibilidad intensa en Dios, donde cada palabra que hablamos o cantamos surge de nuestra fe y de la motivación espiritual que Dios puso en nuestro corazón.
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martes, 23 de agosto de 2011
viernes, 19 de agosto de 2011
¿Dios vs. la medicina?
La medicina actual dista mucho a los que fue varios años atrás. Su alianza con la tecnología ha permitido realizar tratamientos, cirugías y trasplantes como sólo podía soñase tiempo atrás.
Para muchos cristianos los problemas de salud han sido puestos en las manos de Dios recibiendo sanidades milagrosas. Esta situación a llevado a que muchas personas se nieguen siquiera a tomar una aspirina para el dolor de cabeza, creyendo que Dios "tiene el poder para sanar cualquier dolencia".
Este tipo de ideas se han arraigado en la sociedad cristiana aunque carece de fundamento sólido.
Nuestro cuerpo nos ha sido dado en calidad de préstamo de parte de Dios. Como cualquier otra cosa prestada es nuestro deber tener cuidado de Él y velar por su buena condición.
Ante cualquier problema de salud debemos tomar la actitud de cristianos de responsabilizarnos por él y cuidar lo que nos ha sido encargado.
Entonces, si no sometemos a la medicina humana ¿dónde está Dios?
Dios tiene conocimiento continuo de la medicina y los avances tecnológicos. En determinadas ocasiones los médicos pueden quedarse sin respuestas y a veces podemos afrentar enfermedades terminales (cáncer, lupus eritematoso, distrofia muscular, sida, esclerosis múltiple, hepatitis B, etc.), y es cuando Dios puede otorgar la respuesta milagrosa ante el pedido de un corazón con fe.
Dios siempre se encargará de nuestra salud, aunque a veces usará manos humanas para intervenir en pos de convertirnos en personas responsables. Así como creemos que Dios nos prosperará económicamente y aún así vamos a trabajar, seguimos creyendo en la sanidad divina cuidado nuestro cuerpo comiendo sanamente, tomando medicamentos indicados y dando gracias a Dios por su continua intervención.
La medicina actual dista mucho a los que fue varios años atrás. Su alianza con la tecnología ha permitido realizar tratamientos, cirugías y trasplantes como sólo podía soñase tiempo atrás.
Para muchos cristianos los problemas de salud han sido puestos en las manos de Dios recibiendo sanidades milagrosas. Esta situación a llevado a que muchas personas se nieguen siquiera a tomar una aspirina para el dolor de cabeza, creyendo que Dios "tiene el poder para sanar cualquier dolencia".
Este tipo de ideas se han arraigado en la sociedad cristiana aunque carece de fundamento sólido.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (Co. 6:19)
Nuestro cuerpo nos ha sido dado en calidad de préstamo de parte de Dios. Como cualquier otra cosa prestada es nuestro deber tener cuidado de Él y velar por su buena condición.
Ante cualquier problema de salud debemos tomar la actitud de cristianos de responsabilizarnos por él y cuidar lo que nos ha sido encargado.
Entonces, si no sometemos a la medicina humana ¿dónde está Dios?
Los ojos de Jehová velan sobre la ciencia (Pr. 22:12)
Dios tiene conocimiento continuo de la medicina y los avances tecnológicos. En determinadas ocasiones los médicos pueden quedarse sin respuestas y a veces podemos afrentar enfermedades terminales (cáncer, lupus eritematoso, distrofia muscular, sida, esclerosis múltiple, hepatitis B, etc.), y es cuando Dios puede otorgar la respuesta milagrosa ante el pedido de un corazón con fe.
Dios siempre se encargará de nuestra salud, aunque a veces usará manos humanas para intervenir en pos de convertirnos en personas responsables. Así como creemos que Dios nos prosperará económicamente y aún así vamos a trabajar, seguimos creyendo en la sanidad divina cuidado nuestro cuerpo comiendo sanamente, tomando medicamentos indicados y dando gracias a Dios por su continua intervención.
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